heridas de muerte

Heridas de muerte

Hay una creencia flotante de que cualquier persona con importantes heridas en su alma puede recuperarse gracias a otras cosas que les traiga la vida, incluso gracias a la intervención de la psicoterapia o la psiquiatra.
No siempre es asi. Y no es porque uno no quiera, sino porque uno no puede.
Esta es otra creencia arraigada; con querer es suficiente, por lo que cargamos al que no cambia la culpa o el peso de que no quiso cambiar.

Y qué pasa si aceptamos que no pudo?
Hay heridas de la vida con las que uno vivirá siempre. Podemos calmarlas, resignificarlas pero, nada más.
Hay heridas de la vida que son muy humanas. Que uno quisiera vivir sin ellas, arrancárselas del pesar de su alma. Pero no puede ni arrancarlas ni elaborarlas. Vivirá con ellas. Con el corazón roto, a veces medio adormecido, a menudo «muerto en vida», a veces conectado a la ternura.
La persona que asi vive sabe que no puede , que no soporta más dolor, que no puede entrar más adentro.
Es el otro el que no lo quiere reconocer, asumir.
El primero necesita respeto.
Es el otro el que necesita más compasión.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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