Sea porque te diagnosticaron una enfermedad, sea porque sientes que muchos alimentos empiezan a sentarte mal, por cuestiones hormonales…
sea por las razones que sean… ha llegado el momento que te planteas más en serio un cambio en tu dieta alimentaria.

A menudo lo pensaste pero lo fuiste alargando.. uno de los pensamientos más habituales es que crees que te aburrirás con el
nuevo hábito alimentario. Que no es tan apetitoso. Sabes hace tiempo que debias dejar de comer determinados alimentos pero no quieres renunciar al placer que te da ( por pocos placeres que me da la vida, piensas) porque efectivamente uno de los aspectos más potentes de estos alimentos es el placer al paladar, el gusto a menudo tan intenso que hace que no queremos renunciar a él… pero el cuerpo se resiente, se enferma.

El camino no es fácil ni es tan rápido cómo a menudo se publicita. Es un complejo revuelo emocional. Los alimentos van sujetos a recuerdos, a momentos, a personas.
La alimentación es una relación. Y como ocurre con las personas, qlgunas hay que dejarlas ir.. porque un tiempo formaron parte de nuestra historia. Con los alimentos que debemos dejar, pasa igual. Nos pone en duelo.

Proximamente taller abierto a personas que necesitan un cambio en su alimentación.

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